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abr. 11, 2024
4 min de lectura
Sabemos que esperas con ansias a tu bebé, pero también estamos conscientes de todos los cambios que vas experimentando en tu cuerpo e, incluso, de las enfermedades que podrías desarrollar durante el embarazo. Por eso, con este artículo podrás aclarar tus dudas e inquietudes sobre las principales patologías, que afectan a las mujeres embarazadas.
Esta enfermedad se presenta por la alteración del metabolismo de la madre, que dificulta la regulación de la glucosa
en la sangre, aumentando sus niveles. Durante el embarazo, la diabetes gestacional es asintomática en la mayoría de
las mujeres, pero algunas pueden experimentar sed excesiva o fatiga, entre otros síntomas.
En este caso, la detección temprana es fundamental para evitar consecuencias en la salud de la madre y del bebé. A
partir de la semana 24 de embarazo, se puede realizar el test de O’ Sullivan para medir la glucosa en la sangre.
Así, el médico tratante puede determinar si existe riesgo de diabetes gestacional.
En caso de hallar la enfermedad, el profesional le indicará el tratamiento más adecuado a la madre. Además, tendrá
que complementarlo con dieta y ejercicio regular.
Son importantes los controles médicos para que el especialista vaya monitoreando los avances del embarazo, el desarrollo del bebé y la salud de la madre. En caso contrario, una diabetes gestacional no controlada podría ocasionar algunos problemas, tales como:
Esta patología se caracteriza por un aumento en la presión arterial de la mujer embarazada y, generalmente, aparece
en el último período de gestación. Si bien, la preeclampsia es riesgosa para la salud de la madre y del bebé, es
importante mencionar que desaparece después del parto.
Existen algunos factores, que se asocian a la preeclampsia, y tienen que ver con los antecedentes médicos de la
madre. Entre estos se encuentran el primer embarazo, obesidad, hipertensión crónica, preeclampsia en el embarazo
anterior y embarazos de gemelos o de más de dos hijos.
El cuidado y tratamiento de la preeclampsia es clave, pues en caso contrario puede dañar órganos, como el hígado, cerebro y riñones. Por eso, si tienes alguno de estos síntomas, consúltale lo antes posible a tu médico tratante.
El cuerpo de la madre necesita hierro para producir hemoglobina, que es una proteína de los glóbulos rojos,
encargada de llevar el oxígeno a todos los tejidos. En este contexto, lo que ocurre durante el embarazo es que el
volumen de la sangre aumenta y cuando esto pasa el cuerpo comienza a requerir más hierro, ya que así también puede
suministrar oxígeno al bebé mediante la placenta.
Cuando este mineral es escaso, la madre puede desarrollar anemia y los primeros síntomas que experimentará son la
fatiga, debilidad, mareos, dolores de cabeza, piel pálida, falta de aire y un particular deseo de masticar hielo.
Sin embargo, si la anemia es grave, la madre también sentirá que las palpitaciones de su corazón son más rápidas,
tendrá la presión baja y le costará concentrarse. Por eso, si tienes alguno de estos síntomas y sospechas de la
anemia durante tu embarazo, debes consultarlo con tu médico tratante.
La anemia, sobre todo cuando es grave, puede afectar también la salud de tu hijo durante la gestación. Por eso, si te diagnostican esta enfermedad, es fundamental que tu embarazo sea supervisado por un médico. Así, evitarás algunas consecuencias, como:
Durante esta etapa las madres también pueden padecer oligohydramnios, una afección producida por la disminución del
líquido amniótico en el vientre materno. Sus causas pueden relacionarse a la rotura de la bolsa antes del trabajo de
parto, a un crecimiento fetal insuficiente, a los gemelos que comparten la misma placenta o a un embarazo que
sobrepase la fecha de parto, por mencionar algunas.
El oligohydramnios podría dañar los órganos del bebé, generando malformaciones por la compresión. También aumenta el
riesgo de aborto espontáneo y parto prematuro.
La hipertensión también puede afectar a la madre durante el embarazo, aproximadamente en la semana 20. En este caso,
la enfermedad se manifiesta con la hinchazón de pies y manos, además de frecuentes dolores de cabeza.
La hipertensión es la etapa previa a la preeclapmsia, por eso la salud de la madre debe ser supervisada por un
médico, con el fin de evitar un desprendimiento de la placenta, un nacimiento prematuro o que el bebé nazca bajo
peso.
Por esto, recuerda que si tienes alguno de estos síntomas o identificas anomalías en tu salud durante el embarazo,
debes consultar a tu médico tratante para evitar complicaciones, que afecten tu bienestar y el de tu bebé en
desarrollo.
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