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mar. 6, 2025
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El regreso a clases trae consigo importantes cambios en la rutina de los niños. Pasar de las vacaciones a las responsabilidades escolares puede ser desafiante, pero con una buena preparación, la transición puede ser más sencilla.
Descubre cómo y cuándo ayudar a tus hijos a retomar sus hábitos para comenzar el año escolar con energía y motivación.
El cambio de rutina puede generar ansiedad o cansancio en algunos niños. Adaptarse nuevamente a los horarios, las responsabilidades escolares y la interacción social requiere tiempo y paciencia, por eso es importante que los padres estén atentos a posibles señales de estrés, como dificultades para dormir o falta de ánimo.
Por lo anterior, hablar con ellos sobre el regreso a clases de manera positiva les ayuda a reducir la ansiedad. Además, puedes ayudarlos a reforzar sus experiencias positivas, ya sea reencontrándose con sus amigos o aprendiendo cosas nuevas. Así, con un enfoque optimista, el proceso sea más llevadero.
Durante las vacaciones, los niños suelen acostarse y levantarse más tarde, así que volver al horario escolar requiere una adaptación progresiva. Por esto, te recomendamos ajustar los tiempos de sueño y las actividades diarias, al menos, una semana antes de la vuelta a clases.
Para evitar una transición brusca, lo ideal es comenzar a prepararse con anticipación. Por eso, entre una y dos semanas antes del regreso a clases es un buen momento para reajustar los horarios de sueño, organizar materiales y fomentar hábitos de estudio.
Incluir a los niños en la planificación puede hacerlos sentir más motivados. Incluso, puedes ayudarlos a preparar su mochila, ordenar su ropa para el primer día y hablar de sus expectativas para el nuevo año escolar.
Para facilitar la adaptación del regreso a clases, te recomendamos seguir estas indicaciones:
Es normal que después del entusiasmo inicial, los niños vayan perdiendo motivación. Para evitarlo, es importante incentivar hábitos que los ayuden a mantener el interés y el compromiso con sus estudios de manera constante.
Recuerda que la actitud positiva de los padres influye directamente en cómo los niños perciben su regreso a clases, así que muéstrales entusiasmo y confianza para que tengan una mejor disposición.
Un espacio de estudio adecuado mejora la concentración y el rendimiento. Debe ser cómodo, ordenado y libre de distracciones. Además, tener un horario establecido para las tareas y repasos también les ayudará a mantener la disciplina académica.
El tiempo libre es fundamental para el bienestar de los niños. Es importante combinar el estudio con actividades recreativas, como deportes, juegos o salidas en familia. Un equilibrio adecuado contribuye a su desarrollo emocional y académico.
Preparar a los niños para el regreso a clases no tiene que ser complicado. Con una buena planificación y apoyo, pueden retomar sus actividades con energía y motivación.
¡Acompáñalos en este proceso y ayúdalos a disfrutar de un nuevo año escolar con entusiasmo y energía!